Te voy a contar una historia

"Un viernes me pasó algo"

Me fui a Acapulco, pero, tenía examen de cálculo esa tarde. No tenia como irme porque nadie me quería esperar hasta tan tarde. Me senti aventurero y decidí irme en camión, pero entonces alguien me dijo que si llegaba así nomas, no iba a conseguir boletos porque habría mucha gente "viajera" porque era puente. Hable y compré mi boleto, pero como me sentia aventurero lo compre como para una hora despues de acabar el examen... En fin, me dieron chance de quedarme un poco mas de tiempo en el examen y eso estuvo chido pero acorto el ya reducido tiempo que tenía. Para no hacer más larga esta ya muy larga historia, llegue a mi casa todo tarde y corri a hacer mi maleta tan rápido como pude, le grite a mi mama pidiéndole que me consiga unos calcetines y se indignó, -cual es tu prisa Andrés, nadie te esta esperando- me dijo. Fue cuando recordé que no le había dicho que ya tenia el boleto. Perdi aun mas tiempo en explicarselo a mi madre. Su respuesta, en vez de apurarse fue -uy, a ver si llegas-. Acabé mi maleta listo para irme hasta que me dice mi mamá -esperame, deja me pongo unos zapatos, voy por una coca, blah, blah, blah- Ya estaba desesperado, para ese entonces faltaba poco mas de media hora para que saliera mi camión (cuando el wey con el que hable para lo del boleto me dijo -te recomiendo que llegues 40 minutos antes de que salga para que no tengas problemas-), finalmente logro sacarla de la casa y empezamos a irnos (nunca la habia visto manejar tan lento, fue casi como cuando los hombres grises persiguen a la tortuga de momo) en fin, casi habia logrado derrotar al tiempo. A sólo unas cuadras de distancia de mi casa, con toda tranquilidad mi mamá dejó pasar a un coche, y despues a otro, -hoy no mama!- le solicité con una mezcla de desesperación, emoción y diversión ante la ironía de aquella situación. El resto del trayecto fue casi normal. Me bajo corriendo del coche y entro a la estación de camiones. Eran ya como 10 minutos más tarde de la hora de salida. -No hay mucha gente en la cola- me digo a mí mismo para darme ánimos. Como era de esperarse, se mete en la fila un gandul, una señora gatísima con delirios de prepotencia trata de saltarse la fila y llegar directamente a la ventanilla, Andrés ya estaba harto. -El que sigue- dice el joven, -voy yo señora- digo dirigiéndome a la señora antes mencionada. -¿Para qué hora es tu boleto?- me pregunta el muchacho. -Para hace diez minutos- respondo, aferrándome a la esperanza de que "todo salga bien"*. -Uuy chavo, ya despachamos la corrida-. "Despachamos la corrida", apelando a la civilidad del joven, concluí que no me estaba albureando. Sin embargo, fue impactante para el autor el hecho de que exista una compleja jerga de los camioneros (dejaré para otro dia la de sus primos hermanos, los "peceristas"). Posteriormente, proporciono los números ("contraseña", para adaptarme a la jerga antes mencionada), -Uuy chavo- me dice, con ese tonito característico -está mal tu contraseña-. Dejé de ser esceptico ante la ley de Murphy. Los chavos de la ventanilla se "pusieron las pilas": uno hablaba por un teléfono al camionero para que me esperara, otro llamaba a su supervisor, para que viniera "a ver que trampa", otro escribía, escribía más rápido de lo que nunca había visto, no supe que hacía, sólo que algo tenía que ver con mi boleto. Pasan un par de minutos más, finalmente veo el boleto saliendo de la impresora.**
El jóven me da el boleto y me dice -te recomiendo que te vayas llendo a la terminal-. Yo corro. La vida es maravillosa.



*"todo salga bien" suele decirse despues de que algo sale mal. Quiebra tu negocio, -todo va a salir bien- te dicen de manera oportuna. Repruebas una materia, -todo va a salir bien-. No salió todo bien!, Perderás un verano haciendo verano, no salió todo bien!.

**Pueden imaginarme con los ojos húmedos y un poquito hinchados para crear una escena más emotiva.

1 comentarios popó:

Anónimo dijo...

jijijiji